La salsa de café es un toque especial para transformar un plato sencillo en una experiencia gourmet. Puedes utilizar el café que quieras, pero si quieres llevar la salsa a otro nivel, nosotros te recomendamos utilizar  el Café Lavazza Crema E Aroma, ya que su sabor robusto e intenso complementa a la perfección las notas saladas y dulces de la salsa.

Ingredientes

  • 1 taza de café Lavazza Crema E Aroma (o el que tengas por casa)

  • 1/2 taza de caldo de carne (si quieres que sea más ligero utiliza caldo vegetal)

  • 1/4 taza de vino tinto (le dará un pequeño toque de acidez)

  • 2 cucharadas de azúcar moreno

  • 1 cucharada de mantequilla

  • 1 cucharada de maicena (disuélvela en dos cucharadas de agua)

  • 1 diente de ajo picadito muy fino

  • Sal y pimienta al gusto

Cómo preparar la salsa de café

  1. Prepara el café: Comienza preparando una taza de café fuerte, idealmente un espresso o una cafetera de émbolo. Asegúrate de que esté bien cargado para que aporte todo su aroma a la salsa. El café es la base, así que utiliza uno de buena calidad y buen aroma.
  2. Derrite la mantequilla: En una sartén a fuego medio, derrite la mantequilla hasta que comience a burbujear ligeramente. Si quieres un toque más cremoso, agrega un chorrito extra. El truco de la abuela aquí es usar mantequilla de buena calidad, que hará que la salsa quede más suave.
  3. Sofríe el ajo: Añade el ajo picado y cocínalo durante unos 2 minutos o hasta que empiece a dorarse. No dejes que el ajo se tueste demasiado y menos que se queme, ya que esto le daría un sabor amargo a la salsa.
  4. Incorpora los líquidos: Echa el café, el caldo de carne y el vino tinto en la sartén. Remueve bien para que los sabores se mezclen. Deja que la mezcla hierva a fuego lento durante unos 5 – 6 minutos, permitiendo que el alcohol del vino se evapore. Este paso es esencial para que la salsa tome cuerpo y los sabores se concentren.
  5. Añade el azúcar moreno: Incorpora el azúcar moreno y remueve hasta que se disuelva por completo. El azúcar ayuda a balancear el amargor del café y el vino. Puedes añadir una pizca extra si prefieres la salsa un poco más dulce. Si no tienes azúcar moreno, puedes usar miel o incluso una pizca de mermelada de frutas, aunque ahí ya te la juegas.
  6. Espesa la salsa: Diluye la maicena en agua fría y agrégala lentamente a la salsa mientras remueves. Verás cómo empieza a espesar, si la quieres más consistente, añade un poco más de maicena. Si te has pasado espesando y la quieres un poco más ligera, añade un chorrito de café o de caldo para ajustarla.
  7. Sazonar y finalizar: Añade sal y pimienta al gusto y cocina unos minutos más para que los sabores se integren.
  8. Toque especial (opcional): Si quieres darle un toque diferencial, añade un poco de canela o una gota de esencia de vainilla.

Una salsa que va con cualquier carne

La salsa de café es ideal para carnes rojas como un solomillo a la parrilla, un entrecot o un filete de ternera. El contraste entre la salsa y la jugosidad de la carne resalta los sabores ahumados y tostados del café.

También queda de lujo con cerdo asado, costillas o lomo, aportando un toque elegante y profundo.

Lo mismo con la carne de ave, esta salsa con una pechuga de pato o incluso con pollo a la plancha, queda espectacular.

Por último, si no sabes qué guarnición preparar, te recomendamos que lo acompañes con un plato de champiñones salteados.